Ya ha acabado la primera mitad del cuatrimestre. Voy a escribir esta entrada para ayudarme pensar, a ordenar mis ideas, a reflexionar y a desahogarme. No está siendo un cuatrimestre fácil para mi. Sin duda es más duro psicológicamente desde que entré. No he sabido llevar bien el trabajar -hacer prácticas en un estudio- como comenté en la entrada de principio de curso y el estudiar, ir a clase y tener compromiso de llevar la faena al día. Porque como sabéis, esta carrera no es de estudiar mucho, pero necesita constancia y mucho trabajo. Empecé con miedos, sin saber si podría, y con la ilusión de poderlo conseguir, porque tampoco sería el primero en conseguirlo, y veía alguna posibilidad si era constante, planificado y serio. No he sabido. Este cuatrimestre hago cuatro asignaturas, y sin duda alguna sería el cuatrimestre más cómodo que hubiera realizado hasta ahora si no tuviera el plus este de tener que ir a Mataró a trabajar cuatro días a la semana, en principio.
Las primeras semanas fueron una prolongación del verano, iba a clase pero no hacía faena, bien porque apenas requería faena todavía la universidad o porque tampoco veía el momento de ponerme, al no tener entregas inminentes. Y porque tenía siempre planes para el fin de semana. Todo se empezó a torcer la segunda semana de octubre, más o menos. Cuando empecé a sentirme incómodo, atrasado respecto al resto y un poco perdido. Me iba agobiando pero no sabía tampoco cómo reaccionar, cuando tenía tiempo no lo aprovechaba y alguna vez estaba tan cansado/desmotivado por la mañana que me quedaba hasta tarde en la cama o por casa sin hacer nada productivo, odio esos momentos, y nunca o casi nunca me habían pasado antes, porque se te va medio día a la basura, y eso es más grave cuando solo tienes medio día para hacer faena de la universidad e ir a clase. La otra mitad la invierto en ir a trabajar. Hay dos asignaturas que son por parejas, mis dos parejas son personas muy conocidas por mi y amigos míos. No soy una persona muy puntual, pero este año estoy siendo hasta maleducado, ya sea al ir a clase o al quedar con ellos. No sé por qué, imagino que todo es psicológico, porque es cierto que no estoy durmiendo menos que otros años, ni mucho menos. Por ejemplo, esta semana hemos tenido entrega parcial de un trabajo que llevamos haciendo desde principio de curso, en principio semana por semana. Ha acabado haciéndolo el 85% mi compañero. Lo odio, odio colaborar menos que el otro en el trabajo de equipo. Ya he hecho muchos otros trabajos con este compañero y es una persona muy trabajadora que me cuesta hacer más que él en un trabajo, pero nunca me había sentido menos partícipe que él en un trabajo. Esta vez mi excusa era que tenía entrega parcial de proyectos el mismo día. Proyectos, al ser individual, ha sido una de las que más me he ido dejando. He tardado siete semanas en empezar a proyectar algo, con las consecuencias que eso conlleva: no corregir, no saber la opinión de profesor, que el profesor te conozca y conozca tu proyecto, etc. Y no ha sido por falta de ganas. Proyectos sigue siendo mi asignatura favorita y en la que creo que sigo teniendo más facilidad, no sé si por cosa mía o porque realmente es más fácil. El caso es que hasta que no vi que no tenía nada hecho y que tenía que entregar algo en 10 días no me puse. Además mi profesor -Josep Maria Gil. Socio de Esteve Bonell- es tan buena persona que le cuesta presionarnos y darnos caña. Por eso el fin de semana que debía haber sido estructuras y proyectos acabó siendo proyectos y un poquito de estructuras. Al no tener apenas nada hasta días antes. No hice una buena entrega de proyectos, no pude hacer todos los documentos que pedía, pero le di un buen empujón al proyecto. Sin embargo en estructuras mi pobre compañero tuvo que tragarse casi toda la faena él.
Las primeras semanas fueron una prolongación del verano, iba a clase pero no hacía faena, bien porque apenas requería faena todavía la universidad o porque tampoco veía el momento de ponerme, al no tener entregas inminentes. Y porque tenía siempre planes para el fin de semana. Todo se empezó a torcer la segunda semana de octubre, más o menos. Cuando empecé a sentirme incómodo, atrasado respecto al resto y un poco perdido. Me iba agobiando pero no sabía tampoco cómo reaccionar, cuando tenía tiempo no lo aprovechaba y alguna vez estaba tan cansado/desmotivado por la mañana que me quedaba hasta tarde en la cama o por casa sin hacer nada productivo, odio esos momentos, y nunca o casi nunca me habían pasado antes, porque se te va medio día a la basura, y eso es más grave cuando solo tienes medio día para hacer faena de la universidad e ir a clase. La otra mitad la invierto en ir a trabajar. Hay dos asignaturas que son por parejas, mis dos parejas son personas muy conocidas por mi y amigos míos. No soy una persona muy puntual, pero este año estoy siendo hasta maleducado, ya sea al ir a clase o al quedar con ellos. No sé por qué, imagino que todo es psicológico, porque es cierto que no estoy durmiendo menos que otros años, ni mucho menos. Por ejemplo, esta semana hemos tenido entrega parcial de un trabajo que llevamos haciendo desde principio de curso, en principio semana por semana. Ha acabado haciéndolo el 85% mi compañero. Lo odio, odio colaborar menos que el otro en el trabajo de equipo. Ya he hecho muchos otros trabajos con este compañero y es una persona muy trabajadora que me cuesta hacer más que él en un trabajo, pero nunca me había sentido menos partícipe que él en un trabajo. Esta vez mi excusa era que tenía entrega parcial de proyectos el mismo día. Proyectos, al ser individual, ha sido una de las que más me he ido dejando. He tardado siete semanas en empezar a proyectar algo, con las consecuencias que eso conlleva: no corregir, no saber la opinión de profesor, que el profesor te conozca y conozca tu proyecto, etc. Y no ha sido por falta de ganas. Proyectos sigue siendo mi asignatura favorita y en la que creo que sigo teniendo más facilidad, no sé si por cosa mía o porque realmente es más fácil. El caso es que hasta que no vi que no tenía nada hecho y que tenía que entregar algo en 10 días no me puse. Además mi profesor -Josep Maria Gil. Socio de Esteve Bonell- es tan buena persona que le cuesta presionarnos y darnos caña. Por eso el fin de semana que debía haber sido estructuras y proyectos acabó siendo proyectos y un poquito de estructuras. Al no tener apenas nada hasta días antes. No hice una buena entrega de proyectos, no pude hacer todos los documentos que pedía, pero le di un buen empujón al proyecto. Sin embargo en estructuras mi pobre compañero tuvo que tragarse casi toda la faena él.