martes, 28 de abril de 2015

miércoles, 15 de abril de 2015

De reojo

Hay veces -casi siempre- que vale la pena no dedicarle tanto a algo tan insignificante como un trabajillo para la universidad. Me sorprende ver como en las horas libres de los estudiantes, la mayoría corren en busca del mejor sitio para ponerse a trabajar con sus portátiles, y seguir avanzando ese trabajo que les quedará tan estupendo. Donde dos o tres horas más algo harán pero poco lo mejorarán; y en cambio, qué poca gente se interesa por aprender arquitectura. Y no soy ejemplo de nada, más bien al contrario, pero no sé, noto que estas ganas de "rebeldía" me hacen ser más crítico y querer aprender más y cosas más útiles. La de charlas, conferencias y exposiciones interesantes que hay sin salir de Barcelona es impresionante, y es una lástima no poder ir por tener que estar haciendo un trabajo. A veces me satisface, al salir de clase, ir sin prisa a la biblioteca. Meterme en un pasillo entre libros, empezar a sacar los que me llaman la atención por algo y cuando ya me pesan demasiado ir a una mesa, ponerlos en un montón y empezar por el primero. Luego no suelo pasar del primero, es mucho rato ojear un libro pero el simple interés de haber visto algo nuevo, diferente y tan curioso me hace sentirme satisfecho por un rato. Me gusta el mirar de reojo mis ejercicios de las asignaturas, cuando hay una pequeña parte de mi que me dice que me ponga a avanzarlos y sin embargo abro un El Croquis y me gusta tanto leer y aprender todo eso que pienso que no me merece la pena ponerme con lo otro, hasta que no sea demasiado tarde. 
Que la biblioteca -a parte de ser con diferencia el mejor sitio para trabajar de la universidad- es un sitio lleno de libros impagables al alcance de todos los estudiantes!
Escribo ésto no sé bien bien por qué, ni si quiera he reflexionado nada, (menos mal que nadie lo lee). Ha sido a raíz de estar en la biblioteca rodeado de compañeros de carrera cada uno con su portátil y sus dibujos cuando he abierto El Croquis de Lacaton&Vassal y me he puesto a leerlo. Y al poco rato me han empezado a venir este tipo de pensamientos y me ha dado por escribirlos. Por eso de que aquí un tiempo me reiré de mi mismo y los pájaros en mi cabeza.